viernes, 26 de noviembre de 2010

Clarín [Leopoldo Alas]

(Leopoldo Alas y Ureña, también conocido por su seudónimo Clarín; Zamora, 1852-Oviedo, 1901) Novelista español. Aunque nació en Zamora, donde su padre había sido nombrado gobernador civil, era de familia asturiana y a partir de los siete años vivió en Oviedo, ciudad a la que le uniría una estrecha relación y que se convertiría, de alguna manera, en la protagonista de su obra maestra, La Regenta. Estudió en Oviedo, con brillantes calificaciones, tanto en el colegio como en la universidad. Muy joven manifestó una exaltada afición por la literatura y una notable aptitud para el teatro y el periodismo satírico.

La revolución de 1868 despertó sus simpatías por la causa republicana y liberal, y sus años en Madrid (1871-1882), donde estudió filosofía y letras y se doctoró en leyes, le permitieron tener contacto con el círculo intelectual krausista, cuya influencia, muy en especial de su profesor Francisco Giner de los Ríos, fue decisiva en su formación.

Con el seudónimo de Clarín, se convirtió, a partir de 1875, en uno de los colaboradores más activos de la prensa «democrática». En 1883 contrajo matrimonio y obtuvo la cátedra de economía y estadística en la Universidad de Zaragoza. Al año siguiente logró su traslado a la Universidad de Oviedo, donde enseñó derecho romano, actividad que alternó con las de articulista y escritor.

Sus artículos literarios y satíricos, publicados mayoritariamente en la revista Madrid Cómico, alcanzaron gran popularidad, pero su mordacidad le valió numerosas enemistades e incluso algún duelo. A su llegada a la capital asturiana, emprendió la redacción de La Regenta, cuyo primer volumen aparecería en 1884. Dentro de su producción crítica destacan los Folletos literarios, una serie de ocho opúsculos publicados entre 1886 y 1891.

Lector infatigable y estudioso concienzudo, sus más de dos mil artículos filosóficos, políticos y literarios publicados lo convirtieron en el mayor crítico literario de su tiempo, y en una autoridad intelectual influyente y respetada. Su ideología progresista y su adscripción a la ética liberal del krausismo entroncan con la voluntad política, característica de ese fin de siglo, de superar la tradicional inercia cultural española.

Sin embargo, a partir de 1890, al sentir que no pertenecía a ninguna de las clases sociales históricamente activas y despreciando a una burguesía cuya única aspiración se limitaba al beneficio, poco a poco sustituyó ese dinamismo histórico por una moral más bien individual que reivindicaba la emancipación del hombre por la cultura. Para él, la posibilidad del progreso social estaba íntimamente ligada al progreso moral del hombre.

Benito Pérez Galdós

(Las Palmas de Gran Canaria, 1843 - Madrid, 1920) Novelista, dramaturgo y articulista español. Benito Pérez Galdós nació en el seno de una familia de la clase media de Las Palmas, hijo de un militar. Recibió una educación rígida y religiosa, que no le impidió entrar en contacto, ya desde muy joven, con el liberalismo, doctrina que guió los primeros pasos de su carrera política.

Cursó el bachillerato en su tierra natal y en 1867 se trasladó a Madrid para estudiar derecho, carrera que abandonó para dedicarse a la labor literaria. Su primera novela, La sombra, de factura romántica, apareció en 1870, seguida, ese mismo año, de La fontana de oro, que parece preludiar los Episodios Nacionales.

Dos años más tarde, mientras trabajaba como articulista para La Nación, Benito Pérez Galdós emprendió la redacción de los Episodios Nacionales, poco después de la muerte de su padre, probablemente inspirado en sus relatos de guerra –su padre había participado en la guerra contra Napoleón–. El éxito inmediato de la primera serie, que se inicia con la batalla de Trafalgar, lo empujó a continuar con la segunda, que acabó en 1879 con Un faccioso más y algunos frailes menos. En total, veinte novelas enlazadas por las aventuras folletinescas de su protagonista.

nombre de las 5 novelas

amigo manso , la loca de la casa , el doctor centero, tomento,tristano

nombre de las 5 novelas

amigo manso , la loca de la casa , el doctor centero, tomento,tristano

El naturalismo es un estilo artístico, sobre todo literario, basado en reproducir la realidad con una objetividad documental en todos sus aspectos, tanto en los más sublimes como los más vulgares. Su máximo representante, teorizador e impulsor fue el escritor Émile Zola que expuso esta teoría en el prólogo a su novela Thérèse Raquin y sobre todo en Le roman expérimental (1880).

Desde Francia, el Naturalismo se extendió a toda Europa en el curso de los veinte años siguientes adaptándose a las distintas literaturas nacionales. El naturalismo presenta al ser humano sin albedrío, determinado por la herencia genética y el medio en que vive. En él influyen elPositivismo de Auguste Comte, que no valora que no puede ser objeto de experiencia, el Utilitarismo de Bentham y Stuart Mill, que juzga todo en función de su utilidad, y el Evolucionismo físico de Darwin y social de Herbert Spencer, que niega la espiritualidad del hombre al negar la intervención divina, y el materialismo histórico de Marx y Engels. En la mayoría de los escritos lo que se intenta es reflejar que la condición humana está mediatizada por tres factores: la herencia genética, las taras sociales (alcoholismo, prostitución, pobreza, violencia) y el entorno social y material en que se desarrolla e inserta el individuo. Esto es, lo que se conoce en filosofía como Determinismo. De aquí deriva otra importante característica del Naturalismo, una crítica (implícita, ya que el valor documental y científico que se pretende dar a la literatura de este tipo impide aportar opiniones propias) a la forma como está constituida la sociedad, a las ideologías y a las injusticias económicas, en que se hallan las raíces de las tragedias humanas.

El naturalismo es un estilo artístico, sobre todo literario, basado en reproducir la realidad con una objetividad documental en todos sus aspectos, tanto en los más sublimes como los más vulgares. Su máximo representante, teorizador e impulsor fue el escritor Émile Zola que expuso esta teoría en el prólogo a su novela Thérèse Raquin y sobre todo en Le roman expérimental (1880).

Desde Francia, el Naturalismo se extendió a toda Europa en el curso de los veinte años siguientes adaptándose a las distintas literaturas nacionales. El naturalismo presenta al ser humano sin albedrío, determinado por la herencia genética y el medio en que vive. En él influyen elPositivismo de Auguste Comte, que no valora que no puede ser objeto de experiencia, el Utilitarismo de Bentham y Stuart Mill, que juzga todo en función de su utilidad, y el Evolucionismo físico de Darwin y social de Herbert Spencer, que niega la espiritualidad del hombre al negar la intervención divina, y el materialismo histórico de Marx y Engels. En la mayoría de los escritos lo que se intenta es reflejar que la condición humana está mediatizada por tres factores: la herencia genética, las taras sociales (alcoholismo, prostitución, pobreza, violencia) y el entorno social y material en que se desarrolla e inserta el individuo. Esto es, lo que se conoce en filosofía como Determinismo. De aquí deriva otra importante característica del Naturalismo, una crítica (implícita, ya que el valor documental y científico que se pretende dar a la literatura de este tipo impide aportar opiniones propias) a la forma como está constituida la sociedad, a las ideologías y a las injusticias económicas, en que se hallan las raíces de las tragedias humanas.

El Realismo literario es una corriente inventada por el escritor y contertulio francés Jules Champfleury (1821-1889), quien por primera vez definió su arte como realista. El realismo literario se halla inscrito de un movimiento más amplio que afecta también a las artes plásticas, al cine (Neorrealismo), a la fotografía (que surge con el siglo XIX), y a la filosofía de la ciencia (Karl Popper y Mario Bunge). Las obras realistas pretenden testimoniar documentalmente la sociedad de la época y los ambientes más cercanos al escritor, en oposición a la estética del Romanticismo, que se complacía en ambientaciones exóticas y personajes poco corrientes y extravagantes. La estética del Realismo, fascinada por los avances de la ciencia, intenta hacer de la literatura un documento que nos pueda servir de testimonio sobre la sociedad de su época, a la manera de la recién nacida fotografía. Por ello describe todo lo cotidiano y típico y prefiere los personajes vulgares y corrientes, de los que toma buena nota a través de cuadernos de observación, a los personajes extravagantes o insólitos típicos del anterior Romanticismo. Esta estética propugna a su vez una ética, una moral fundamentada en la moderación y síntesis de cualquier contradicción, la objetividad y el materialismo.
En cuanto a los procedimientos literarios del Realismo, son característicos el abuso de la descripción detallada y prolija, enumeraciones y sustantivos concretos; el uso del párrafo largo y complejo provisto de abundante subordinación, la reproducción casi magnetofónica del habla popular, tal cual se pronunciaba y sin corrección alguna que pretenda idealizarla, y el uso de un estilo poco caracterizado, un lenguaje "invisible" que exprese personajes, hechos y situaciones objetivamente sin llamar la atención sobre el escritor.
Al igual que el Romanticismo, el Realismo tuvo dos corrientes, una conservadora, que alababa las viejas costumbres populares (José María de Pereda, Juan Valera, Gustave Flaubert) y otra progresista, caracterizada por la denuncia social (Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas «Clarín»).

viernes, 19 de noviembre de 2010

El socialismo utópico constituye la primera manifestación doctrinaria del movimiento socialista y tuvo origen en Francia.

Las duras condiciones de la revolución industrial y la gran injusticia social que generó estimularon la formación de un pensamiento igualitario: el socialismo utópico, llamado así por su romanticismo e idealismo.

Sus representantes se preocupaban más por abolir las injustas diferencias sociales, que por sentar las bases de nuevos principios económicos. El socialismo utópico tuvo así un marcado carácter moralista y ético.

El término"socialismo utópico" fue introducido por Karl Marx para distinguir tal corriente utópica del socialismo científico, basado en un análisis científico de la realidad social.

El Luddismo es un movimiento de oposición a toda clase de tecnología, que según su parte ideológica, hace que el hombre pierda su capacidad laboral y por ende creativa, para servirse de manera esclavista a las formas de tecnología, que hacen mas productivo el trabajo en términos de rapidez y no en el capital humano. Surgió de las revueltas de 1810-1821, contra toda forma de explotación miserable a los trabajadores en Gran Bretaña, que terminó con la destrucción de la maquinaria industrial por parte de sus seguidores y la consiguiente represión del gobierno británico hacia sus dirigentes. Su nombre viene del trabajador Ned Ludd.

Orígenes del movimiento obrero (los trabajadores urbanos)

El movimiento obrero surge de la Revolución industrial como consecuencia de la falta de derechos que los trabajadores tenían en las fábricas. Se inició en Inglaterra. Al no existir todavía ningún tipo de los trabajadores se veían expuestos a jornadas de trabajo de más de doce horas, los niños trabajaban (siendo uno de los objetivos más atractivos para los empresarios porque sus salarios eran sustancialmente inferiores).

Las primeras manifestaciones del movimiento obrero se plasmaron en el ludismo (destrucción de máquinas) a las cuales se las responsabilizaba de la pérdida de la capacidad adquisitiva del pequeño artesano. Éste término proviene del obrero inglés Ned Ludd, que en 1779 destruyó un telar mecánico. Sin embargo, los obreros se dieron cuenta de que no era la máquina su enemiga sino el uso que de esta se hacía, fue entonces cuando dichos obreros comenzaron a dirigir sus quejas a los empresarios. Así nació el sindicalismo, entendido como un movimiento de resistencia contra el capitalismo.

La reacción del gobierno inglés fue prohibir cualquier tipo de asociación obrera. Parte de la historia del movimiento obrero ha estado marcada por la persecución y la clandestinidad.

En los primeros decenios de la industrialización se produjo una degradación de las condiciones de vida de los trabajadores:

  • Aumento de la jornada laboral.
  • Pérdida salarial.
  • Generalización del trabajo infantil.
  • Negación ante la ayuda económica para enfermedades, paro forzoso o vejez.

Por todo esto se crearon los sindicatos en los que se reunía la gente trabajadora de un mismo oficio para defender sus reivindicaciones mediante huelgas. Constituían sociedades de ayuda mutua, las cuales disponían de cajas comunes con capital proveniente de las cuotas de los asociados.

En 1834 se formó la Great Trade Union (unión de sindicatos de oficios) en las que las cuotas de afiliación para posibles nuevos socios eran demasiado elevadas.

El sindicalismo británico optó, en sus orígenes, por las reivindicaciones económicas, sin adherirse a ideales políticos revolucionarios.

Durante las décadas de 1830 y 1840 se fundaron asociaciones obreras en los países del continente europeo, entre los que se encontraban Alemania, Francia, España y Bélgica.

Este movimiento obrero se manifestó en la mayoría de países industrializados mediante otras organizaciones, ej: cooperativas.

En los años 1838 y 1848, el movimiento obrero británico pasó a la acción política utilizando el cartismo (consistió en un movimiento en Inglaterra que trató de presionar al parlamento mediante la recogida de firmas en apoyo a determinadas cartas donde se reivindicaban ciertos derechos. En una de ellas, concretamente en el año 1838, se definía un programa democrático basado en el sufragio universalmasculino). El cartismo organizó huelgas, pero el movimiento fracasó a causa de la represión, de las divisiones internas y la derrota de la revolución de 1848 en Europa.

Los obreros se reunieron en organizaciones republicanas y de izquierdas a favor del sufragio universal masculino. Después de aquella revolución, las doctrinas socialistas empezaron a crear partidos de clase, de carácter exclusivamente obrero.

viernes, 12 de noviembre de 2010










Un barco de vapor es un buque propulsado por máquinas de vapor, actualmente en desuso, o por turbinas de vapor. Consta elementalmente de una caldera de vapor, de una turbina de vapor o máquina de vapor y de un condensador refrigerado por agua. La transmisión se consigue con un cigüeñal en las máquinas de vapor o con una caja reductora en el caso de usar turbinas.

Su aparición supuso toda una revolución en la navegación marítima mundial ya que no dependían tanto de los vientos y corrientes. Los primeros verdaderos buques transatlánticos eran de vapor y gracias a ellos se popularizó la palabra "vapor" para referirse a un barco.

Una locomotora de vapor es una locomotora impulsada por la acción delvapor de agua. Las locomotoras de vapor fueron la forma dominante de tracción en los ferrocarriles hasta que a mediados del siglo XX fueron reemplazadas por las locomotoras diésel y eléctricas.

Una máquina de vapor es un motor de combustión externa que transforma la energía térmica de una cantidad de vapor de agua en energíamecánica. En esencia, el ciclo de trabajo se realiza en dos etapas:

  • El vapor a presión se controla mediante una serie de válvulas de entrada y salida que regulan la renovación de la carga; es decir, los flujos del vapor hacia y desde el cilindro.

El motor o máquina de vapor se utilizó extensamente durante la Revolución Industrial, en cuyo desarrollo tuvo un papel relevante para mover máquinas y aparatos tan diversos como bombas, locomotoras, motores marinos, etc. Las modernas máquinas de vapor utilizadas en la generación de energía eléctrica no son ya de émbolo o desplazamiento positivo como las descritas, sino que son turbomáquinas; es decir, son atravesadas por un flujo continuo de vapor y reciben la denominación genérica de turbinas de vapor. En la actualidad la máquina de vapor alternativa es un motor muy poco usado salvo para servicios auxiliares, ya que se ha visto desplazado especialmente por el motor eléctricoen la maquinaria industrial y por el motor de combustión interna en el transporte.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Se conoce como trienio liberal o trienio constitucional al periodo de la historia contemporánea de España que transcurre entre 1820 y 1823; y que constituye el periodo intermedio de los tres en que se divide el reinado de Fernando VII, posterior al sexenio absolutista y anterior a la ominosa década.

Contenido

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[editar] Pronunciamiento de Riego

Véase también: Revolución de 1820

El 1 de enero de 1820 tuvo lugar en la localidad sevillana de Las Cabezas de San Juan el pronunciamiento militar del teniente coronel Rafael de Riego, quien había recibido el encargo de dirigir una expedición contra los insurgentes en las colonias de América.

Tras un reducido éxito inicial, Riego proclamó inmediatamente la restauración de la Constitución de Cádiz (1812, La Pepa) y el restablecimiento de las autoridades constitucionales. El pequeño apoyo al golpe militar fue aumentando con el tiempo y prolongó el levantamiento hasta el 10 de marzo. En esa fecha se publicó un manifiesto de Fernando VII acatando la Constitución de Cádiz que, dos días antes, el 8 de marzo, había jurado en Madrid.

¿A qué me lo decís? Lo sé: es mudable

Al brillar un relámpago nacemos

Al ver mis horas de fiebre

Alguna vez la encuentro por el mundo

Antes que tú me moriré; escondido

Asomaba a sus ojos una lágrima

Besa el aura que gime blandamente

Cendal flotante de leve bruma

Cerraron sus ojos

Como en un libro abierto

Como enjambre de abejas irritadas

Como guarda el avaro su tesoro

Como la brisa que la sangre orea

Como se arranca el hierro de una herida

¿Cómo vive esa rosa que has prendido

Cruza callada, y son sus movimientos

Cuando en la noche te envuelven

Cuando entre la sombra oscura,

Cuando me lo contaron sentí el frío

Cuando miro el azul horizonte

Cuando sobre el pecho inclinas

Cuando volvemos las fugaces horas

¡Cuántas veces, al pie de las musgosas

¿De dónde vengo?... El más horrible y áspero

De lo poco de vida que me resta

Dejé la luz a un lado, y en el borde

Del salón en el ángulo oscuro

Despierta, tiemblo al mirarte

Dices que tienes corazón, y sólo

Dos rojas lenguas de fuego

En la clave del arco ruinoso

En la imponente nave

Entre el discorde estruendo de la orgía

Es cuestión de palabras y, no obstante

Espíritu sin nombre,

Este armazón de huesos y pellejos

Fatigada del baile,

Fingiendo realidades

Hoy como ayer, mañana como hoy,

Hoy la tierra y los cielos me sonríen

La gota de rocío que en el cáliz

Las ondas tienen vaga armonía

Las ropas desceñidas

Llegó la noche y no encontré un asilo

Lo que el salvaje que con torpe mano

Los invisibles átomos del aire

Los suspiros son aire y van al aire

Me ha herido recatándose en las sombras

Mi vida es un erial

No digáis que, agotado su tesoro

No dormía: vagaba en ese limbo

¡No me admiró tu olvido! Aunque de un día

No sé lo que he soñado

Nuestra pasión fue un trágico sainete

Olas gigantes que os rompéis bramando

Pasaba arrolladora en su hermosura

Por una mirada, un mundo

Porque son, niña, tus ojos

Primero es un albor trémulo y vago

—¿Qué es poesía?, dices, mientras clavas

¡Qué hermoso es ver el día

¿Quieres que de ese néctar delicioso

RIMA I

RIMA II

RIMA III

RIMA IV

RIMA V

RIMA VI

RIMA VII

RIMA VIII

RIMA IX

RIMA X

RIMA XI

RIMA XII

RIMA XIII

RIMA XIV

RIMA XV

RIMA XVI

RIMA XVII

RIMA XVIII

RIMA XIX

RIMA XX

RIMA XXI

RIMA XXII

RIMA XXIII

RIMA XXIV

RIMA XXV

RIMA XXVI

RIMA XXVII

RIMA XXVIII

RIMA XXIX

RIMA XXX

RIMA XXXI

RIMA XXXII

RIMA XXXIII

RIMA XXXIV

RIMA XXXV

RIMA XXXVI

RIMA XXXVII

RIMA XXXVIII

RIMA XXXIX

RIMA XL

RIMA XLI

RIMA XLII

RIMA XLIII

RIMA XLIV

RIMA XLV

RIMA XLVI

RIMA XLVII

RIMA XLVIII

RIMA XLIX

RIMA L

RIMA LI

RIMA LII

RIMA LIII

RIMA LIV

RIMA LV

RIMA LVI

RIMA LVII

RIMA LVIII

RIMA LIX

RIMA LX

RIMA LXI

RIMA LXII

RIMA LXIII

RIMA LXIV

RIMA LXV

RIMA LXVI

RIMA LXVII

RIMA LXVIII

RIMA LXIX

RIMA LXX

RIMA LXXI

RIMA LXXII

RIMA LXXIII

RIMA LXXIV

RIMA LXXV

RIMA LXXVI

RIMA LXXVII

RIMA LXXVIII

RIMA LXXIX

RIMA LXXXIII

RIMA LXXXVI

Sabe, si alguna vez tus labios rojos

Sacudimiento extraño

Saeta que voladora

¿Será verdad que, cuando toca el sueño

Si al mecer las azules campanillas

Si de nuestros agravios en un libro

Sobre la falda tenía

Solitario, triste y mudo

Su mano entre mis manos

Te vi un punto y, flotando ante mis ojos

Tú eras el huracán, y yo la alta

Tu pupila es azul y, cuando ríes

Volverán las oscuras golondrinas

Voy contra mi interés al confesarlo

Yo me he asomado a las profundas simas

Yo sé cuál el objeto

Yo sé un himno gigante y extraño

—Yo soy ardiente, yo soy morena

José de Espronceda
(1808-1842)

Biografía
José de Espronceda Delgado nació el 25 de marzo de 1808 en un
lugar situado cerca de Almendralejo (Badajoz) llamado Pajares
de la Vega, perteneciente a la región autónoma de Extremadura
(España). Le fueron impuestos los nombres de José Ignacio Javier
Oriol Encarnación. Su padre, Juan José Camilo de Espronceda y
Pimentel, militar. Su madre, María del Carmen Delgado y Lara.
Espronceda tuvo tres hermanos más, pero murieron al poco tiempo
de nacer.
El mismo año de su nacimiento, España sufrió la invasión del
ejército francés al mando del emperador Napoleón, y se desencadenó
la llamada Guerra de la Independencia. Durante sus primeros años
de vida, Espronceda experimentó el peregrinaje con su familia,
al compás de las vicisitudes de la campaña bélica, empapando
sus ojos infantiles de las grandes miserias y las efímeras
glorias que trae una guerra.
Hacia 1820 la familia de Espronceda se traslada a Madrid.
Al año siguiente se le concedió una plaza en la Academia de
Artillería de Segovia, a petición de su padre, plaza que él
nunca llegó a ocupar pues estudiaba humanidades en el colegio
de San Mateo, bajo la dirección de don Alberto Lista, gran poeta
romántico, lo que muy probablemente influyó en él para decidir su
inclinación hacia el estudio de las letras y hacia la ideología
liberal. En 1823 es ejecutado en la horca el militar liberal
Rafael de Riego y Núñez, por el régimen de la monarquía absolutista
regida por Fernando VII, suceso que fue presenciado por el joven
Espronceda. A los quince años, Espronceda fundó con otros jóvenes
una sociedad masónico-patriótica llamada «Los Numantinos» y él fue
su presidente. Cuando el régimen absolutista descubrió la existencia
de esta célula secreta, que se reunían en el sótano de una céntrica
calle madrileña, encarceló a todos sus miembros. Espronceda fue
condenado a cinco años de reclusión en un convento-prisión de
Guadalajara, pero a las pocas semanas y por influencia de su padre,
que ejercía de coronel, fue absuelto. En aquel convento-prisión
fue donde empezó a escribir el poema épico "El Pelayo", de corte
clásico. En 1826 emprende viaje a Lisboa desde Gibraltar, -colonia
inglesa del sur de Andalucía-, que por aquellos años reunía a gran
cantidad de liberales españoles.
En la capital portuguesa, Espronceda conoció a una joven de 16
años llamada Teresa Mancha, hija de un militar español emigrado
a Lisboa por sus ideas liberales. A finales de 1827 Espronceda
sale para Inglaterra, país donde existía gran número de emigrados
españoles. Tambíen sale para dicho país el militar Mancha con
toda su familia. De allí partiría para Holanda y al poco tiempo
hacia París, donde posiblemente combatió en las barricadas de
la revolución de julio de 1830, uno de cuyos triunfos fue
destronar a la monarquía absolutista de los Borbones.
De aquello saldría el primer monarca liberal-burgués, Luis Felipe
de Orleans. De allí, el poeta intenta pasar a España con una columna
de liberales al mando del guerrillero "Chapalangarra". Fracasaron
totalmente en el intento y nuestro poeta vuelve a París. De allí,

Mariano José de Larra y Sánchez de Castro (Madrid, 24 de marzo de 1809Ibídem, 13 de febrero de 1837) fue un escritor , periodista y político español y uno de los más importantes exponentes del romanticismo español.

Es considerado, junto a Espronceda, Bécquer y Rosalía de Castro, la más alta cota del romanticismo literario español. Periodista, crítico satírico y literario, y escritor costumbrista, publica en prensa más de doscientos artículos a lo largo de tan sólo ocho años. Impulsa así el desarrollo del género ensayístico. Escribe bajo los seudónimos Fígaro, Duende, Bachiller y El pobrecito hablador. De acuerdo con Iris M. Zavala, Larra representa el «romanticismo democrático en acción». Lejos de la complacencia en las efusiones del sentimiento, Fígaro sitúa España en el centro de su obra crítica y satírica. Su obra ha de entenderse en el contexto de las Cortes recién nacidas tras la década ominosa (1823–1833), y de la primera guerra carlista (1833–1840).

Tras el temprano suicidio de Larra a los 27 años de edad, José Zorrilla lee en su entierro una elegía con la que se da a conocer.

En 1908 algunos de los representantes de la generación del 98, Azorín, Unamuno y Baroja, llevan una corona de flores a su tumba, homenaje que significa su redescubrimiento y la identificación del grupo con el pensamiento de Larra y con su preocupación por España.

EL DISCURSO LIBERAL Y EL TEATRO ANTIGUO
ESPAÑOL. FRANCISCO DE PAULA CANALEJAS.
JOAN OLEZA
Universitat de València
VVAA: Homenaje a Luís Quitante. Vol. II. Estudios filológicos. València.
Univ. de València. 2003, pp. 267-276.
Desde que Manuel Durán y Roberto González Echevarría trazaron en 1976 una
primera visión panorámica sobre la crítica calderoniana en el siglo XIX han transcurrido
casi veinticinco años de estudios en los que el proceso de construcción histórica de la
imagen de Calderón y de su teatro se ha ido perfilando.
H.W.Sullivan (1983) trazó el estudio hasta ahora más completo de la
recuperación calderoniana por los románticos alemanes, de entre cuyas páginas salió
aquella poderosa imagen conservadora de un Calderón esencialmente español y
cristiano, que quedó instalada en la primera línea del canon occidental con el apoyo,
determinante, de sus dramas religiosos. Leonardo Romero Tobar (1981) y Joaquín
Alvarez Barrientos (2000) han dirigido una mirada abarcadora sobre lo que este último
califica como historia de la apropiación del teatro de Calderón en el siglo XIX. Tras la
revolución francesa y la guerra de la independencia el discurso reaccionario y casticista,
que ya se había apropiado de la figura de Calderón, imponiéndose a un intento de
asimilación liberal al discurso ilustrado, en el siglo XVIII, se vio ratificado y potenciado
por las ideas de los Schlegel, difundidas en España a través de la Querella
calderoniana, hasta el punto de que - escribe Jesús Rubio Jiménez (1990) - el modelo
del teatro antiguo español es "como una hijuela del romanticismo tradicionalista".
Los hitos que marcan la elaboración de este discurso católico, conservador y
nacionalista, que consagra a Calderón como el poeta teólogo de la identidad nacional,
son bien conocidos, y están presentes en toda la crítica sobre la cuestión: el discurso de
Agustín Durán (1828), las lecciones de Alberto Lista (1836), el discurso de Tamayo y
Baus (1860), el de López de Ayala (1879), etc.
No ha sido estudiado como contradictorio con este discurso el llamado del "justo
medio", más bien parece que colabora con él, hasta el punto de que a menudo la crítica
se desliza de uno a otro. Ya Allison Peers (1967) delineó sus perfiles bajo la etiqueta de
"eclecticismo", al que vinieron a desembocar, en buena medida, los supervivientes del
ya de por sí moderado romanticismo español. Rubio Jiménez (1990) y Alvarez
Barrientos (2000) han evocado momentos concretos de este discurso, el papel de
Mesonero Romanos, el de Hartzenbusch, el de la una prensa que persigue crear un
estado de opinión, el del impulso a la canonización que el teatro antiguo español, y
especialmente el de Calderón, reciben de románticos y postrománticos bien situados en
el aparato institucional del estado, y al que cabe atribuir, entre otras efemérides, el
traslado de los restos de Calderón en 1840-41 o la celebración del Centenario de 1881.
Con esta práctica del eclecticismo oficial habría que relacionar al menos una parte de las
ediciones calderonianas del XIX, o el espíritu que anima tantas refundiciones, versiones
y arreglos que tratan de limar los aspectos menos asimilables del teatro calderoniano.
Leonardo Romero (1981) hace balance de la crítica calderoniana anterior a 1881,
así como de las escasas aportaciones que trajo consigo el centenario, si se exceptúa la de

onstitución española de 1812

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Juramento de las Cortes de Cádiz en la Iglesia Mayor Parroquial de San Fernando el 24 de septiembre de 1810. Expuesto como tal en el Congreso de los Diputados de Madrid.
La promulgación de la Constitución de 1812, obra de Salvador Viniegra (Museo de las Cortes de Cádiz).
Edición contemporánea de la Constitución de 1812.

La Constitución española de 1812, también denominada La Pepa, fue promulgada por las Cortes Generales de España el 19 de marzo de 1812 en Cádiz. La importancia histórica de la misma es grande, al tratarse de la primera Constitución promulgada en España, además de ser una de las más liberales de su tiempo. Respecto al origen de su sobrenombre, la Pepa, fue promulgada el día de San José, de donde vendría el sobrenombre de Pepa.

Oficialmente estuvo en vigencia dos años, desde su promulgación hasta el 19 de marzo de 1814, con la vuelta a España de Fernando VII. Posteriormente estuvo vigente durante el Trienio Liberal (1820-1823), así como durante un breve período en 1836-1837, bajo el gobierno progresista que preparaba la Constitución de 1837. Sin embargo, apenas si entró en vigor de facto, puesto que en su período de gestación buena parte de España se encontraba en manos del gobierno pro-francés de José I de España, el resto en mano de juntas interinas más preocupadas en organizar su oposición a José I, y el resto de los territorios de la corona española (los virreinatos) se hallaban en un estado de confusión y vacío de poder causado por la invasión napoleónica.

La constitución establecía el sufragio universal, la soberanía nacional, la monarquía constitucional, la separación de poderes,[1] [2] la libertad de imprenta, acordaba el reparto de tierras y la libertad de industria, entre otras cosas.


GUERRA DE LA INDEPENDENCIA (1808 - 1814)

BATALLA DE BAILÉN (19 de julio de 1808)

Primera derrota de un ejército del invicto Napoleón [01].


La Capitulación de Bailén. Oleo de Casado de Alisal. (Casón del Buen Retiro. Madrid)

antecedentes fuerzas francesas fuerzas españolas protagonistas la batalla consecuencias






ANTECEDENTES

Tras su derrota en el combate de Menjíbar del dia 16 de julio, el general Dufour recibió informes sobre que el Cuerpo Volante del coronel Valdecañas se encontraba cerca de Linares y amenazaba Despeñaperros, por lo que resolvió por su cuenta subir a proteger dijo paso con sus fuerzas, abandonando Bailén por considerar que su cometido más importante era asegurar las comunicaciones entre Andalucía y Castilla. De esta manera el día 17 tenía a sus hombres desplegados entre Guarromán, La Carolina y Santa Elena.

Por su parte, el parte del combate de Menjíbar habían llegado al Cuartel General del general Dupont en Andújar, que decidió enviar de regreso las recién llegadas tropas del general Vedel en refuerzo de la amenaza que se cernía sobre Bailén. De esta manera, el general Vedel, al mando de unos 5.500 hombres y 10 piezas de artillería, había salido de Andujar con sus cansadas tropas a las once de la noche del día 16. Llegó a Bailén a las ocho de la mañana del día 17. No encontró a nadie. Los paisanos le informaron falsamente que las fuerzas de Réding se habían juntado con las del coronel Valdecañas en Linares y que juntos se dirigían a Santa Elena, por lo que se veía justificado que el general Dufour se viera forzado a salir en su persecución. Estas noticias alertaron a su vez al general Vedel, que resolvió seguir los pasos del general Dufour por entender que lo prioritario era garantizar las comunicaciones con Castilla. De esta manera, el día 18 de julio las tropas de Dufour estaban en Santa Elena y las de Vedel en La Carolina, habiendo dejado de esta forma la población de Bailén sin guarnición francesa alguna, y a su vez se habían alejado de Andújar, donde estaba el general Dupont.

Además de ésto, dos decisiones más precipitaron los acontecimientos que desembocaron en la Batalla de Bailén:







FUERZAS FRANCESAS